sábado, 16 de septiembre de 2017

NUEVO CURSO - NUEVAS OPORTUNIDADES

Estamos empezando un nuevo curso, nuevas oportunidades, nuevas ilusiones, nuevos proyectos.

¿Cómo y con quién vamos a afrontarlo?

Reflexionemos sobre este cuento:

Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bol. Sacó los huevos y los colocó en otro bol. Coló el café y lo puso en un tercer bol. Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?". "Zanahorias”, fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Después de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente, la hija preguntó: "¿Qué significa esto, padre?"
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad, el agua hirviendo, pero habían reaccionado de forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua: "¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija.

Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?

Y tú, ¿eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable –poseías un espíritu fluido–, pero después de una muerte, una riña, un fracaso o un desprecio te has vuelto duro y rígido, eres amargado y áspero, con un espíritu, un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia el agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.


Deseo de todo corazón que sepamos aceptar con paz las dificultades y dar lo mejor de nosotros mismos. Lo lograremos si sabemos unirnos a la cruz de Cristo. Él, en medio del gran dolor que padecía, supo perdonar y amar a todos, incluso a sus enemigos.

domingo, 10 de septiembre de 2017

LLEGAMOS A TIEMPO? FELICITAMOS A LOS DE SEPTIEMBRE?

Faltaba más, pues claro que sí.

      10.- Teresa Coscolla
             Olalla Casas
      16.- Ainara Lacasa
      17.- Diego Torres
      23.- David Puyol
      29.- Fernando - Monitor

Ya a punto de empezar un nuevo curso, con nuevas ganas, ilusiones, expectativas. ¡Qué bien!, una nueva oportunidad para ir creciendo en estatura, para ir formándonos en conocimientos, para ser, - a través de las clases de religión, de las catequesis, de las celebraciones en nuestras parroquias, -  más familia, más mundo, más hijos de Dios, más amigos de Jesús.
Nuevo curso = Nuevos retos, no los dejes pasar de largo, afróntalos, sé valiente, sé generoso.